miércoles, 29 de febrero de 2012

Tema 08: Convivencia Democratica y Cultura de Paz

VIVIMOS EN COMUNIDAD.
Para conseguir una convivencia pacífica en comunidad es necesario conocer y valorar nuestros derechos y los derechos de los demás, y también cumplir con nuestros deberes. Algunos de estos derechos y deberes están recogidos en la Constitución.“El derecho de uno termina, donde empieza el derecho del otro”

Algunos de nuestros derechos:
·       Derecho a la educación.
·       Derecho a no ser discriminados por nuestra raza, sexo, religión ni por ninguna otra circunstancia personal.
·       Derecho a elegir a nuestros representantes a partir de los dieciocho años.
·       Derecho a expresar libremente nuestra opinión.
·       Derecho a un trabajo que asegure una vida digna.
·       Derecho a asociarnos con otras personas para defender nuestras ideas.  

No todos disfrutamos plenamente de estos derechos. Así, hay muchas personas que no tienen trabajo o que sufren algún tipo de discriminación.

Algunos de nuestros deberes:
·       Deber de cumplir las leyes.
·       Deber de pagar impuestos para contribuir a financiar los asuntos comunes, como la educación  o la sanidad.
·       Deber de trabajar para ayudar al progreso de la colectividad. El trabajo, además de un derecho, es un deber.

LA CONVIVENCIA: UNA TAREA DE TODOS.
Para poner en práctica estos derechos y deberes, podemos empezar con tareas sencillas, como estas:
Participar en las decisiones de nuestro grupo de amigos, respetando la opinión de los demás.
Ser comprensivos con los problemas de los demás.
Cumplir con responsabilidad nuestros deberes en casa, en clase, en la escuela.....
Respetar los derechos de los demás y rechazar las discriminaciones.
Todos tenemos derecho a la convivencia pacífica y a no sufrir agresiones de ningún tipo. Pero la violencia está presente en nuestra sociedad de muchas formas:

Terrorismo. Lo ejercen las personas que rechazan la democracia e intentan imponer sus ideas sembrando el terror entre la sociedad.
Xenofobia. Es el rechazo, hostilidad o antipatía hacia grupos de personas de diferente raza, religión o cultura.
La violencia hace mucho daño a la sociedad. Cuanto más unida esté la sociedad, menos poder tendrán los violentos. Por eso, muchos ciudadanos se asocian para buscar soluciones pacíficas al problema de la violencia, y para ayudar a quienes lo sufren.

CULTURA DE PAZ
Una cultura de paz está basada en los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas y en el respeto de los derechos humanos, la democracia y la tolerancia, la promoción del desarrollo, la educación para la paz, la libre circulación de información y la mayor participación de la mujer como enfoque integral para prevenir la violencia y los conflictos, y que se realicen actividades encaminadas a crear condiciones propicias para el establecimiento de la paz y su consolidación.

La cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad, y que ponen en primer plano los derechos humanos, el rechazo a la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, así como la comprensión entre los pueblos, los colectivos y las personas.
El movimiento por la cultura de paz halla su reflejo institucional en la Declaración y Plan de Acción para una Cultura de Paz, aprobado unánimemente por la Asamblea General de Naciones Unidas el 13 de septiembre de 1999. También se circunscribe en el Decenio Internacional para una Cultura de Paz, desde el año 2001 hasta el 2010, durante el que se insta individuos, grupos, asociaciones, comunidades educativas, empresas e instituciones, a llevar a su actividad cotidiana el compromiso de:

Respetar todas las vidas
Rechazar la violencia
Liberar la generosidad

Escuchar para comprenderse
Preservar el planeta
Reinventar la solidaridad
 
Dicho compromiso se traduce concretamente en acciones desarrolladas a todos los niveles, desde la familia hasta la sociedad civil, promoviendo:
- La educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, la tolerancia y la comprensión mutua nacional e internacional.
- La lucha contra toda forma de discriminación.
- La promoción de los principios y las prácticas democráticas en todos los ámbitos de la sociedad.
- La erradicación de la pobreza y la búsqueda de un desarrollo sostenible que beneficie a todos y que proporcione a cada persona un marco de vida digno, promoviendo la justa distribución de la riqueza, el libre flujo informativo y los conocimientos compartidos.
- La movilización de la sociedad civil con el fin de forjar en los jóvenes el deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia basadas en la conciliación, la generosidad y la tolerancia
Víctor Chaccara H.
http://areadecivica.blogspot.com/2011/04/ficha-de-lectura-n-04-para-el-5to-ano.htm

Tema 07: Costumbres, Simbolos y Personajes de Jaén

http://conociendojaen.com/blog/general11.html
http://conociendojaen.com/blog/folklor9.html
http://www.pueblos20.net/peru/costumbres.php?id=8085
http://geral-costumbres.blogspot.com/

http://conociendojaen.com/blog/general3.html
http://miprovinciadejaen.wikispaces.com/SIMBOLOS+DE+JAEN

Tema 06: Patrimonio arqueológico de Jaén


¿LA ETNIA Y CULTURA PAKAMUROS?

GRUPOS ÉTNICOS QUE POBLARON JAÉN  Y SAN IGNACIO PRE - HISPÁNICOS
En torno a los grupos étnicos que poblaron la Región de los Bracamoros vemos que entre los investigadores locales existe predilección por presentarlos como si fueran uno solo, llegando a afirmar que todos, sin excepción alguna, pertenecieron a un mismo desarrollo cultural al cual han denominado Cultura Pakamuros. Pensamos que es una hipótesis que rápidamente se desbarataría toda vez que en un territorio donde no existe la unidad, tanto lingüística (hablaban quechua, patagona, jíbaro, etc.) como política, militar e ideológica no puede existir entendimiento entre sus partes, por consiguiente no hay unidad regional de ningún tipo. Estas afirmaciones se deducen de las características y modo de vida que tuvieron los pobladores debidamente identificados y que vivieron en la actual provincia de Jaén como a continuación apreciaremos.  Desde tiempos preincaicos y pre-hispánicos Jaén y las zonas circunvecinas estuvieron pobladas, principalmente, por las siguientes etnias:
En Jaén:
LOS NEHIPES.- Establecidos en las riberas del río Chinchipe (Nehipe) se les llamaba también Patagones por la lengua que hablaban. En su territorio, en el lugar denominado La Silla, los españoles fundaron en 1536. San Leandro de Jaén. No perteneció al Tahuantinsuyo y durante la colonia se mostraron reacios a los españoles pero finalmente fueron sometidos y convertidos en una importante encomienda.
TOMEPENDAS.- Habitaron por las confluencias de los ríos Chinchipe y Marañón. Estaban divididos en dos parcialidades: Canas y Tomependas, cada uno con su jefe y su segundo. Hablaban también la lengua patagona, no tenían organización estatal y tampoco pertenecieron al Tahuantinsuyo. Durante la colonia devino en una encomienda a cargo del español Diego Sánchez
TAMBORAPAS.- Estos antiguos habitantes jaeneses ocupaban ambas márgenes del río Tamborapa por donde hoy quedan Puerto Tamborapa, Rumipite y otros.
CHAMAYAS.- Ubicados en ambas márgenes del río del mismo nombre, donde hoy están Chamaya, Mesones Muro y otros centros poblados. Hablaban la lengua patagona. No pertenecieron al Tahuantinsuyo y en época colonial fueron sometidos como encomienda a cargo del español Juan de Helena.
GUAMBOS.- (Guampus) Ocupaban lo que hoy son los distritos de Sallique, San Felipe, Chontalí y partes del actual Jaén, También Pucará, Pomahuaca y fuera de la provincia ocupaban: Querocotillo, Cujillo, Chamache y Huarotoca. Fue el único grupo étnico sometido como provincia o wamani al Tahuantinsuyo. Los restos arqueológicos encontrados en Jaén y que se exhiben en el Museo Regional como de origen pakamuros pertenecerían a esta etnia, de allí su semejanza con la incaica.
En San Ignacio:
LOS CHIRINOS.- Habitaron lo que hoy es el valle del río Chirinos fue la nación más poblada, hablaban una lengua muy particular y estaban divididas en cuatro parcialidades. En época hispana devino en encomienda a cargo del español Cristóbal Sánchez.
LOS PERICOS.- Ocupaban un pequeño territorio a ambos lados del río Chinchipe y hablaban la lengua patagona. Devino, posteriormente, en encomienda a cargo de Velasco Bonifaz.
LOS PACARAES.- Vivían al sur de Mandinga y al norte de Perico, a ambas orillas del río Chinchipe, fueron sometidos y ?encomendados? al español Pedro Verún.
LOS MANDINGAS.- Ocupaban una franja a ambas márgenes del río Chinchipe. No constituyó reino ni curacazgo. Se sometió a los españoles y devino en encomienda del español Juan Cordero.
LOS TABANCARAS.- De Acoñipa, ocupaban la mitad inferior del Valle de la quebrada de San Francisco. Ofreció tenaz resistencia a los conquistadores hispanos pero finalmente fueron sometidos y encomendados al español Juan Robledillo.
LOS MARACACONAS.- Ocupaban parte de lo que hoy es San José de Lourdes en la zona del cerro Picota. No se sometieron a los encomenderos.
LOS TAMBORAPAS.- Ocupaban las márgenes del curso inferior del río Tabaconas o Tamborapa desde su confluencia con el Chinchipe.
LOS TABACONAS.- Ocuparon lo que hoy es el distrito de Tabaconas y partes altas de Namballe. Constituyeron un curacazgo parte integrante del Tahuantinsuyo y sometido posteriormente como encomienda, a cargo de Julián Medina.
Otros grupos étnicos: Los Sacatas, Querocotos, los Chaumaches, Chontalís, Salliques, Huambucos y Guarocotas, todos ellos debidamente identificados, según los archivos coloniales.   De igual forma fue hábitat del grupo Jíbaro conformado por varias sub-tribus en las que destacan los Aguarunas, Guambías y Achuales;  los pacamoros y yawar soncos identificados por Waldemar Espinoza en el valle de Zamora hoy comprensión del Ecuador.
Todos estos datos evidenciarían que el desarrollo cultural experimentado en Jaén pre-hispánico no es obra de un solo grupo étnico llamado pakamuros o pukamuros.
EL NOMBRE PAKAMUROS; ANÁLISIS TENTATIVO
Desde el punto de vista histórico y arqueológico se podría concluir que en Jaén no existió una cultura pre-hispánica que confederará a todos los grupos étnicos de la región. No existe un mismo patrón cultural, político o militar de tal forma que los restos arqueológicos no pertenecerían a la llamada Cultura Pakamuros pero hay que reconocer que el nombre existe y que este se encuentra arraigado en el léxico jaenés para identificar todo lo pre-hispánico. Por las informaciones obtenidas, hasta el momento, sustentamos que tanto el nombre de pakamuros, pukamuros o bracamoros, por su etimología no son nombres propios sino sobrenombres o adjetivos calificativos puestos por los incas primero (sólo los dos primeros) y difundido por los hispanos después.
Esto se deduce de las informaciones legadas por los cronistas españoles quienes nos hablan de que al oriente están las provincias de los bracamoros, en los cuales hay grandes regiones y muchos ríos y algunos crecidos y poderosos. Otros informantes consignan a los habitantes de estas latitudes como los fieros pakamuros o los indoblegables pukamuros. Es de suponer que ante la impotencia incaica de poder vencerlos optaron por designarlos con un apelativo ofensivo y hasta oprobioso. Recordemos que la costumbre de poner sobrenombres era bastante arraigada en los incas. Un caso similar al de Jaén, en torno a los sobrenombres, lo hallamos en los grupos étnicos que habitaron la selva central del país, quienes pese a tener nombres propios fueron designados indistintamente como chunchos por los incas. Esta palabra viene sin duda del quechua suncho, mata de flor amarilla. El apelativo debe ser consecuencia del amarillo que predomina no sólo en sus plumas sino en las pinturas con que cubren su cuerpo y rostro.
Alguna característica similar en alguna etnia y en un tiempo no precisado condujo a que se acuñase el término pukamuros quizás otras peculiaridades, en otros contextos, propiciaron el surgimiento también de los nombres pakamuros y bracamoros. Tres nombres aparentemente homófonos que reclaman para sí el derecho de dar el apellido a la provincia de Jaén. Términos que a continuación analizaremos de manera tentativa para ver si se ajustan o no a la realidad.
1.       BRACAMOROS.- En la actualidad la provincia de Jaén ostenta el nombre formal de Jaén de Bracamoros y como tal se le conoce en todo el país, dicho sea de paso, es el nombre que le pusieron los españoles cuando la fundaron. De los datos obtenidos presumimos que su origen se deba a dos motivos:
·         A la corrupción del nombre pakamuros o pukamuros, o,
·         A la aplicación del término mata moros, una consigna de guerra bastante difundida entre los conquistadores españoles.
a.       Es de suponer que los términos pakamuros o pukamuros debieron de pronunciarse con una fonética difícil de captar para los oídos de los españoles de ahí las diversas designaciones que dan los conquistadores al mismo apelativo. El término que escucharon se asemejaba bastante a bracamoros palabra que les era más fácil de pronunciar por ello la emplearon y difundieron. En conclusión bracamoros sería una corrupción de pakamuros o pukamuros.
b.       Los conquistadores hispanos que arribaron a América venían imbuidos del recuerdo de su triunfo sobre los Moros. Décadas atrás, y luego de cruentas batallas, en 1492 lograron expulsar a los árabes (Moros) de la península Ibérica y como grito de guerra, en sus enfrentamientos, lanzaban la frase mata moros que equivalía a combatir y matar a los infieles (personas no católicas). Esta guerra de reconquista tuvo un marcado carácter religioso. Un enfrentamiento entre el islamismo y el catolicismo. Esta peculiaridad religiosa se repitió en el llamado Nuevo Mundo, para ellos todos los habitantes americanos eran infieles a los que había que convertir al cristianismo o exterminarlos. Por un proceso dialéctico, o de confusión, Mata moros devino en bracamoros.
En síntesis el nombre de bracamoros sea por degeneración de pakamoros o pukamuros, o porque provenga de mata moros tiene una connotación hispana no ajustándose a lo que podría ser el nombre primigenio de alguna etnia, o etnias, forjadoras de cultura en esta provincia por ello consideramos que se debe tener mucho tino al usar este nombre como la designación correcta que deba acompañar el nombre de Jaén.

2.    PUKAMUROS.- El nombre más generalizado para referirse a los antiguos habitantes de Jaén es el de pukamuros nombre compuesto por dos voces quechuas: puka: rojo y muros (muru): muy pintado o manchado. Por consiguiente pukamuros significaría hombres pintados de rojo. El padre Martín Cuesta sostiene que estos pukamuros fueron Patagones con quienes tuvieron que enfrentarse los conquistadores incas, pero que Huayna Cápac en represalia y odio por haber sido vencido los llamó despectivamente pukamuros o rabones.  Otros cronistas manifiestan que al hablar de pukamuros se está haciendo referencia a los huambucos. No falta también quienes digan que el nombre fue acuñado en mención a los jíbaros y los hay, también, quienes manifiestan que se trata de los llamados Yawar Soncos.
Esta evidente confusión nos lleva a creer que el nombre ?pukamuros? fue aplicado indistintamente, y en diferentes ocasiones, a diferentes etnias de esta parte del Antisuyo por el hecho de pintarse el cuerpo con el rojizo achiote. Argumento que confirmaría que esta designación es un mero adjetivo calificativo. De lo expuesto podemos afirmar que si el nombre de pukamuros se le dio a los llamados Patagones o Huambucos se estaría haciendo referencia a etnias afincadas en el actual Jaén toda vez que los llamados patagones no son otros que los nehípes, tomependas, chamayas, pericos, etc. que tenían en común la lengua patagona y el estar asentados en las riberas de los ríos Chinchipe y Marañón, sin constituir ninguna confederación.
Recordemos que la primera ciudad española San Leandro de Jaén fue fundada en el lugar denominado La Silla en pleno territorio de los nehípes, estos eran belicosos y hablaban la lengua patagona. En época de la colonia estuvieron sometidos como encomienda, según consta en los archivos coloniales existentes en la ciudad de Trujillo (La Libertad).
Si estas etnias estuvieron debidamente identificados ¿Por qué se les llamó pukamuros, de ser cierto que ellos fueron los verdaderos pukamuros, la confusión reinante no tendría sentido y lo que es más, la actual provincia de Jaén debió de llamarse, entonces, Jaén de los Patagones. Es de suponer que los españoles tuvieron referencia de algún grupo humano conocido como pukamuros a los que nunca identificó plenamente y, por ello, debido a alguna semejanza o característica saltante designó con tal nombre a los habitantes de estas regiones.
3.       PAKAMUROS.- Este nombre aparentemente pareciera una corrupción de pukamuros, como lo hace notar Ulises Gamonal, pero no, existen evidencias que nos hace pensar que se trata de otro nombre con significado totalmente diferente. Alberto Clement sostiene que viene del quechua paca  escondido (Paka  esconder, Pakakuna  escondite) y del español muros: paredes altas naturales, cercos, etc. Estos pakamuros, según Clement, fueron Sachapuyos que huyeron de la furia de los incas en su afán de expansión y conquista. Ellos cruzaron el Marañón y se ubicaron en las partes altas de la margen izquierda de este río, de manera que los cerros los escondían y los protegían de futuros ataques.
Otro grupo se refugió en las partes medias de la margen derecha del río Marañón en la actual provincia de Bagua, a ellos por refugiarse en los valles sólo se les conocerá como Pakas (escondidos), he ahí las raíces históricas del nombre del distrito de la Peca en la provincia de Bagua.
Un argumento que corroboraría que se trata de un nuevo apelativo, lo encontramos en el relato que consigna Martín Cuesta: Huayna Capac al querer conquistar a los Huambucos, estos huyeron, por ello despectivamente los llamó pakamuros. Es esta parte hay que recalcar que el término muro que emplea Clement, no es voz quechua sino española, en todo caso habría error en esta segunda voz, pero sí utilizamos la primera voz paka (escondido) y le agregamos muru (pintado), tendremos entonces: Escondidos y pintados características que de acuerdo a los datos obtenidos, concuerdan con las que tuvieron los llamados pakamuros.
En conclusión tanto el apelativo pakamuros o pukamuros fueron aplicados indistintamente en diferentes contextos, para referirse a distintos grupos étnicos. El primero se empleó para designar a los pintados de rojo y el segundo para hacer referencia a los que huían y se ocultaban.
El poco conocimiento de esta región, y de sus etnias, condujeron a los incas primero, y a los españoles después, a una confusión, de tal forma que ambos apelativos fueron empleados según mejor parecer. Pero surge una inquietud, entre pakamuros y pukamuros ¿cuál se asemeja más en pronunciación a bracamoros? Indudablemente el término pakamuros.
Sólo un estudio etnolingüístico más detallado nos podrá aclarar con precisión cual fue el origen verdadero de estos apelativos. Mientras tanto se enseñorea el nombre bracamoros.





LUGARES ARQUEOLÓGICOS DE NUESTRA REGION
http://pakamurostours.galeon.com/
1.      Monumento Arqueológico de Monte Grande: Se encuentra ubicado al sur este de la ciudad de Jaén en el valle de Pushura. A una distancia de 2 Km. de la plaza de armas de Jaén. 
2.      Zona Arqueológica El Turuco: Ubicado en el distrito de Bellavista a 25 Km. de Jaén.
3.      Estela de Chontalí: lápida con grabados Chavimoches, se encuentra en la margen derecha del río Chontalí o Huayobamba frente al cerro Corcovado con trazos y grabados similares a la famosa Estela Raimondi. Tiene forma alargada y el trazo que se conserva mide 1.80 m. de alto por 0.80 m. de ancho y su grosor es de 0.20 m. Sobre uno de sus lados planos y pulidos aparecen grabadas figuras mediante líneas y por el proceso de erosión sufrido por la piedra, presenta dificultades su identificación. Se llega a ella en transporte motorizado, en ocho horas de viaje.
4.      Monolito Pampa del Inca: en la localidad de Pampas del Inca a 115 Km. de Jaén, para llegar se realiza una caminata de dos horas. La piedra es alargada y achatada en su lado posterior, mide 2,10 m. de alto y 0.30 m. de espesor y está quebrada es un sector inferior. Sus contornos evocan el busto de una persona por la que este monolito conforma con propiedad una estatua antropomorfa.
5.      Molino de Piedras: Ubicado en el centro de la plaza de Armas del distrito de Pucará son restos de los molinos hidráulicos que se utilizarán para pilar el trigo durante la época colonial.
6.      Complejo arqueológico de Ingatambo.  En la margen derecha del Río Huamcabamba, a 15 minutos del caserío las Juntas – Pomahuaca, Ingatambo es un asentamiento arqueológico de la tradición Cupisnique Pacopampa (2000 100 a.c.); está constituido por tres grandes plazas y siete pirámides. Se encuentra a 125 Km. de la ciudad de Jaén.
7.      Cerro Silaca de Colasay. Cerro Majestuoso de gran extensión, altura 3199 msnm. Sus líneas de la cumbre aparentan dos rostros humanos observados desde la capital distrital : La bella durmiente y el gigante dormido. En la cumbre existe un mirador circular de cultura muy antigua.
8.      Petroglifos de Rumipampa y Guayacán, Corralpampa y Bomboca: Los dos primeros ubicados a 3 – 5 Km. Al Sur Este del distrito de Colasay. Están compuestos de numerosos grabados, posiblemente son del período formativo temprano y clásico, huellas que demuestran un gran dominio del arte de grabado en piedra, figuras de sus creencias, ritos y adoración. Junto a los petroglifos se encuentra la catarata de tres caídas llamada Choro Colorado.
9.      Iglesia de Sallique: En esta iglesia se encuentra el hermoso Retablo de la Iglesia Sallicana construido el 22 de agosto de 1723
10.  Museo de Sitio de Pomahuaca: Ubicado en la capital del distrito, posee una variedad de restos arqueológicos y prehistóricos.
11.  Museo Arqueológico Hermógenes Mejía Solf – Jaén. “pilar de la identidad amazónica en el Alto Marañón expone para sus visitantes Fósiles del Alto Marañón (Moluscos, vertebrados y maderas); Artesanías, medicina tradicional, fotografías de los distritos de Jaén y pueblos aledaños. Colecciones Líticas y Cerámica de la Cultura Amazónica, Cerámica diversa del Perú, Colecciones de monedas, acogedoras salas de exposición, arias verdes con sembríos de productos matizados con picsigranjas y criadero de porcinos(http://www.museohermogenesmejiasolf.com/)
ÚLTIMOS HALLAZGOS EN MONEGRANDE- JAÉN: (Ha sido develado en el 2010 y luego enterrado para su conservación por falta de presupuesto)

Tema 05: Jaén, sus distritos y sus gobernantes

Tema 04: Cajamarca: ubicación e historia

http://www.turismoperu.info/0/modulos/DES/DES_VerDestino.aspx?PFL=0&DES=130

Tema 03: Conservación y protección del Patrimonio Histórico: Ser Peruano


PATRIMONIO HISTÓRICO: VALORACIÓN Y CONSERVACIÓN


El Perú es un país multicultural, que a lo largo de su proceso histórico se ha logrado constituir en uno de los focos que alberga la riqueza cultural más nutrida y variada del mundo, que comprende todas aquellas expresiones o testimonios de la creación humana que tienen especial relevancia en relación con la arqueología, la historia, la literatura, la educación, el arte, las ciencias y la cultura en general de este país, y que además mantiene vivos los elementos específicos que distinguen sus diferentes y múltiples contextos culturales. De ahí la importancia por su protección, conservación y transmisión a las generaciones del futuro, así como la lucha por evitar su depredación, la misma que se inició desde el momento de la conquista española.

Situación actual

El patrimonio cultural peruano está bajo el amparo del Estado y de la Comunidad Nacional, cuyos miembros están en la obligación de cooperar en su conservación. Dicho patrimonio se divide mayormente en Arqueológico, Histórico-Artístico, Bibliográfico y Documental, siendo los organismos estatales competentes para su preservación y cautela, el Instituto Nacional de Cultura, la Biblioteca Nacional del Perú y el Archivo General de la Nación. Es responsabilidad de estas instituciones el identificar, normar, conservar, cautelar, investigar y difundir el Patrimonio Cultural del Perú en los ámbitos de su competencia.

El Instituto Nacional de Cultura está encargado de proteger y declarar el Patrimonio Cultural Arqueológico y el Patrimonio Cultural Histórico y Artístico, así como también las manifestaciones culturales orales y tradicionales del país. La Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación están encargados de proteger y declarar el Patrimonio Bibliográfico y Documental, respectivamente.

Pero hay otra categoría que se define también como bien cultural, la artesanía republicana, comúnmente llamada arte popular o folklore. Esta faceta del Perú profundo ha sido conocida a través de pinturas difundidas por pintores indigenistas como José Sabogal y Julia Codesido, aunque este arte también comprende alfarería, mates, retablos, trabajos en paja, madera, platería, tejidos y música vernacular, a lo que habría que añadir la tradición oral, los mitos y el curanderismo; por cierto, existen algunos esfuerzos por documentar la tradición oral, pero aún estamos lejos de ese objetivo.

Si bien el Perú actual está inexorablemente inmerso en los procesos de globalización cultural, es importante señalar que ha sabido mantiene vivas sus características culturales propias.


Como ya se ha mencionado, el Patrimonio Cultural Peruano es muy rico y abarca prácticamente todos los campos. Los vestigios arqueológicos e históricos son numerosos en todo el territorio nacional, algunos ejemplos se mencionan a continuación:

Zonas Monumentales

A lo largo y ancho del territorio nacional se conservan Centros Históricos de gran importancia por ser muestra de la influencia de la conquista española en nuestro país. Es así que la forma física de las ciudades fueron cambiando poco a poco. Se crearon nuevos centros urbanos cuya característica eran los típicos "dameros", es decir, la distribución de manzanas cuadradas o rectangulares dispuestas alrededor de una plaza principal a partir de la cual las ciudades iban creciendo bajo ese mismo esquema.

En la actualidad, la Dirección de Centros Históricos, a través de la Dirección General de Patrimonio Monumental e Histórico del instituto Nacional de Cultura, y las Municipalidades, se encargan de velar por la conservación de los Centros Históricos.

Cabe señalar que algunos de ellos han merecido ser reconocidos como Patrimonio Cultural de la Humanidad, tal es el caso del Centro Histórico de Arequipa, el Centro Histórico del Cusco y el Centro Histórico de Lima, sin embargo, las ciudades de Trujillo, Ayacucho y Cajamarca, entre otras, seguramente podrán recibir tal reconocimiento en el futuro, pues se constituyen en ejemplos vivos de una impresionante arquitectura colonial y virreinal.


Ambientes Urbano Monumentales

Al igual que las Zonas Monumentales, los Ambientes Urbano Monumentales son numerosos en nuestro país. Generalmente las plazas principales de cada departamento han sido reconocidas como tales, pues se constituyen en focos urbanos de gran relevancia no sólo por sus calles y avenidas, sino también por la arquitectura que las delimita. Algunos ejemplos los podemos encontrar en la capital de la República Tal es el caso de la Plaza Mayor de Lima, declarada Ambiente Urbano Monumental por Resolución Suprema No. 2900-72-ED del 28-12-72. Esta plaza, antiguamente llamada Plaza de Armas, fue el escenario donde Francisco Pizarro fundó la ciudad de Lima un 18 de enero de 1535. Fue trazada por la espada del descubridor, conquistador y luego gobernador, incluso él mismo fue quien puso la primera piedra de la que sería sede y cabeza de la gobernación de Nueva Castilla, así instaló en tres frentes el Palacio de Gobierno, la Catedral y el Cabildo. La plaza ha sufrido muchas transformaciones, por lo que lo único verdaderamente virreinal que supervive en ella es la añeja pileta de bronce ubicada justamente en el lugar donde estaba un pilón de agua del que originalmente los habitantes se abastecían de agua. Las construcciones que la circundan tienen un estilo neocolonial barroco.

Así como la Plaza Mayor, hay otros Ambientes Urbanos Monumentales declarados, entre los que se pueden mencionar: la Plaza San Martín, la Plaza Bolognesi, la Plaza Dos de Mayo, el Paseo Colón, el Parque de la Exposición (hoy Gran Parque de Lima), el Parque Universitario (donde se ubica la Universidad Mayor de San Marcos), la Alameda de los Descalzos, el Paseo de Aguas, el Puente de los Suspiros, etc. Cabe aclarar que estos ejemplos se ubican sólo en la capital, pero en todo el territorio peruano se pueden ubicar ejemplos similares.


Monumentos Histórico Artísticos

Bajo este rubro se agrupan las edificaciones que conforman la infraestructura urbana. Hay que señalar, que no hay departamento en el que no se hayan declarado edificaciones con la condición de monumentos.

Para un mejor ordenamiento se han dividido los monumentos según su función, es así que se tiene:

Arquitectura Religiosa, tales como: la Catedral de Lima, las Iglesias de San Francisco, Santo Domingo, San Pedro, La Merced, San Agustín, San Marcelo, Las Nazarenas, Santa Rosa, etc.

Arquitectura Militar, entre los que se tiene: el Sector "A" del Cuartel de Barbones, el Cuartel de Santa Catalina, el Local de la Antigua Escuela Militar de Chorrillos, la Fortaleza del Real Felipe, etc.

Arquitectura Pública, teniendo como ejemplos: el Palacio de Gobierno, el Palacio de Justicia, la Municipalidad de Lima, el Local del Congreso, la Biblioteca Nacional, la Casona de San Marcos, la Casa de la Moneda, el Cementerio General Presbítero Maestro, la Plaza de Toros de Acho etc. Además, se consideran también edificaciones que sirvieron de vivienda de las familias adineradas de esa época y que en la actualidad son usadas como sede de organismos públicos, tal es el caso de la Casa de Pilatos, actual Local del Tribunal Constitucional, declarada por Resolución Suprema No. 2900-72-ED del 28- 12-72. Otro ejemplo importante es la Casa y Palacio de Torre Tagle. Se trata de una bella mansión en la que desde hace varias décadas funciona la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, este es un ejemplo de la lujosa arquitectura virreinal limeña que fue edificada a principios del siglo XVIII por don José Bernardo de Tagle y Bracho, a quien en 1730 el rey Felipe V concedió el título de primer marqués de Torre Tagle.

Arquitectura Civil, teniendo como principal ejemplo el denominado Club de la Unión, así como antiguas casonas como: la Casa Oquendo o Palacio de Osambela, la Casa Aspíllaga, la Casa de los Marqueses de la Riva, la Casa Goyeneche, la Casa Barbieri o de los Condes del Villar, la Casa y Capilla de la antigua hacienda San Isidro y la Casa de Aliaga, declarada por Resolución Suprema No. 2900-72-ED del 28- 12-72. Esta última es una vieja casa colonial que fue de uno de los conquistadores de Lima que acompañó a Pizarro en la fundación de la capital del Perú, don Jerónimo de Aliaga. Lo curioso es que hasta la actualidad pertenece a los descendientes del dueño original. Cuenta con un gran valor arquitectónico, además del histórico, pues presenta una construcción en varios planos, incluso bajo el nivel del piso; la escalera en el mismo centro del zaguán aparta su fisonomía del patrón clásico de la típica casona solariega limeña.

Como es el caso de los vestigios arqueológicos, las construcciones consideradas Monumentos Históricos, los Ambientes Urbano Monumentales y las Zonas Monumentales en su conjunto, también han sufrido graves alteraciones por la falta de identificación y compromiso con el patrimonio, tanto por parte de la población como de las autoridades, es por ello que el Instituto Nacional de Cultura, en coordinación con las Municipalidades vienen realizando conjuntamente la evaluación de los proyectos de remodelación, adecuación y modificación, con el fin de mantener el aspecto original de los espacios y la infraestructura de las Zonas Monumentales.


Patrimonio Bibliográfico

El Patrimonio Bibliográfico peruano reposa en sus numerosas bibliotecas, archivos y museos, pero también en colecciones privadas o en la cotidiana presencia que determina su papel importante en el devenir de la vida de las personas, las instituciones y los grupos. Lamentablemente, la historia de este patrimonio presenta graves situaciones que trajeron como consecuencia la destrucción o dispersión de enormes fondos bibliográficos, debido básicamente a los avatares de la guerra, de la política o los accidentes; sin embargo, a pesar de los desastres, siempre la voluntad de las personas o instituciones lograron hacer renacer las colecciones. Solo a manera de referencia, y en relación con la Biblioteca Nacional, podemos recordar que ella fue saqueada en 1823 y en 1824 por las tropas realistas y también por las tropas chilenas en 1881, finalmente, fue destruida por un voraz incendio en 1943.

La ausencia de una legislación específica que comprenda los aspectos más característicos y enfrente los problemas más urgentes del patrimonio cultural bibliográfico, ha dificultado su preservación y conservación. Una nueva Ley de amparo al patrimonio cultural debe recoger los diferentes aspectos que determina la preservación de uno de los pilares más importantes de la memoria colectiva del país.

La institución por excelencia que alberga el patrimonio cultural bibliográfico, es la Biblioteca Nacional, la cual trata de superar las limitaciones que no solo le impone la escasez de recursos sino también decisiones políticas, como es el caso de la suspensión de las obras de construcción de su nuevo local. Hay que considerar que al presente, los materiales no se limitan a los libros o folletería, sino también comprenden las grabaciones sonoras, las películas, los videos y los archivos de computadora, entre otros; es por ello, que las fronteras entre los bibliográfico y documental son tenues y más que nada, se establecen las separaciones en función a ciertos criterios tradicionales o en base a instituciones representativas.

Patrimonio Documental

Tradicionalmente, este contexto está vinculado a la figura del archivo, y en ese caso los archivos peruanos también han estado a merced de los accidentes y desastres, como por ejemplo, incendios y accidentes de todo tipo. El Archivo General de la Nación es la institución más representativa, habiendo sido creado en 1861. Pero al lado de él están más de dos mil archivos públicos y casi cuatrocientos privados, todos ellos en mayor o menor medida, enfrentados a problemas derivados de la escasez de recursos económicos, la falta de personal o la ausencia de equipos y materiales. Mientras tanto, los documentos se van viendo afectados y los problemas que aquejan al sector se van acentuando. Una mentalidad poco interesada o receptiva a la importancia del documento, contribuye a su olvido y deterioro; es por eso, que sin una amplia y clara conciencia de la trascendencia de esos materiales no se podrá lograr la preservación de ese patrimonio cultural. No debe asombrar, en ese sentido, que se encuentre muy enraizada en la mentalidad colectiva, la eliminación de los llamados "papeles viejos".

Afortunadamente, en el país existe un grupo muy unido de especialistas así como también instituciones o centros de formación profesional y técnica importantes, que constituyen la base de una acción altamente profesional y comprometida con la defensa de ese patrimonio documental. Los archiveros peruanos han logrado ocupar un lugar destacada en el contexto latinoamericano, logrando grandes y pequeños éxitos en su tarea cotidiana


Patrimonio Artístico

El Patrimonio Artístico peruano se encuentra, no solo en sus museos, sino también, en sus innumerables iglesias y edificios públicos y privados. Un proceso histórico tan complejo y lleno de manifestaciones de extraordinario valor cultural, hace que este patrimonio adquiera características especiales y que encuentre el calificativo de arte en un sentido amplio y casi universal; en ese sentido, los objetos prehispánicos son una muestra del arte peruano como también lo es la pintura colonial o republicana y la fotografía contemporánea. Quizás por eso, una de nuestras instituciones más tradicionales, el Museo de Arte de Lima, reúne en su colección la propia historia del Perú, desde sus manifestaciones más antiguas hasta lo propiamente contemporáneo. Preservar ese patrimonio artístico es una tarea que supera largamente las posibilidades materiales de un país como el Perú, pero que sin embargo, más allá de lo que es posible hacer con el dinero, exige de una mentalidad y una sensibilidad que partan de un compromiso profundo con la esencia misma de ese patrimonio.

En los últimos tiempos, preservar y restaurar solo el patrimonio artístico que se encuentra en las iglesias peruanas, constituye un obstáculo casi insalvable, sin embargo, la iglesia peruana ha asumido el compromiso y está trabajando en varios frentes, para solucionar los problemas mas agudos e inmediatos. Los museos, salvo contadas excepciones, tampoco reúnen las condiciones para poder cumplir a cabalidad con sus funciones; en sus depósitos, yacen en espera de una restauración salvadora, miles de objetos artísticos que además, sus talleres difícilmente podrían asumir, pues carecen de los insumos y el material necesario. Por otro lado, graves lagunas presenta el panorama del patrimonio artístico peruano en exhibición, pues por ejemplo, no existe todavía en el país un Museo de Arte Contemporáneo, que recoja la fértil creatividad de los artistas que han producido a lo largo del siglo XX. Demás está decir que la falta de inventarios y catálogos contribuye a agravar los problemas.

Sin embargo, no se puede olvidar que en el país existen instituciones que están colaborando activamente en la preservación de ese inmenso patrimonio, sea a través del registro, la restauración o la difusión. Pero la solución a los graves problemas que implican la protección del mismo, o de cualquier otro, está en crear en la población una profunda conciencia de la importancia de la riqueza artística del Perú; partiendo de esa identificación, la tarea y la responsabilidad serán más que del Estado o de unas cuantas instituciones o personas, de la población en su conjunto, con los efectos positivos que ello conlleva



¿QUÉ ES EL PERÚ Y QUÉ ES SER PERUANO?

 Por   JUAN JOSE VEGA*
La definición de peruano se torna aun más confusa si apuntamos al pasado. Si no podemos esclarecer adecuadamente lo que es hoy un peruano, menos lo podemos respecto al pasado prehispánico. Por ejemplo ¿Fue peruano Huayna Cápac? ¿Lo Fue Usco Vilca el caudillo chanca? Cualquier respuesta provoca discusiones. Por ello muchos preferimos hablar de «antiguos peruanos» en relación a los anteriores a 1532. Resulta algo así como los egipcios: los de hoy, que son predominantemente árabes; y los del tiempo viejo, el del Faraón. Pero ni aun así existe mucha firmeza en las definiciones. Empezando por el hecho que el propio topónimo Perú o Pirú o Birú, no es oriundo del Perú.
Pero creemos de todos modos que, al igual que ese otro país clásico, el Perú tiene dos grandes fases. La Incaica equivalente al tiempo de los Faraones y una nueva que nació de la invasión hispano-africana en 1532, que equivale a la árabe o musulmana en el país del Nilo. La consolidación de todo el proceso resulta aquí menor, porque los sucesos de la llegada de españoles, negros y moriscos son más recientes. Como la de los asiáticos.
Nunca estuvimos de acuerdo con el concepto de «Madre Patria» (España) que se usó antes en la Historia Oficial y en el Calendario Cívico (Día de la Raza española; día del Idioma castellano, etc.). Pero si se utiliza el concepto, debemos atenernos al hecho que el Perú Moderno posee varias madres patrias, Africa y la China, para empezar. A nuestra tierra llegaron más negros que españoles a lo largo de nuestra compleja historia. Y también más chinos.
El asunto de la identidad es sumamente conflictivo. Manuel González Prada afirmaba ádamente que el Perú era apenas «un territorio habitado». Numerosas citas parecidas podrían obtenerse, entre ellas la de «nación en formación» de José Carlos Mariátegui y de Ricardo Martínez de la Torre. De épocas más recientes podemos recordar la opinión de Luis Jaime Cisneros, «nos vamos acercando a ser una nación», («Dominical», 7 de julio de 1996), que, aunque difusa en el tiempo, contiene optimismo respecto al concepto. Este distinguido intelectual llegó a interrogarse: “¿cuánto puede durar este país?” («El Observador», 27, 1, 1983); afirmaciones todas que cabe también medirlas, a través del hecho que procedían de quien era hermano de uno de los más prominentes miembros de la Fuerza Armada.
César Vallejo, mirando la heterogeneidad de las regiones, escribiría que «no se advierte ningún rasgo común entre los tres lados del triángulo» (La Cultura Peruana, p. 179); aunque cabe anotar que tan rotundo criterio fue suscrito en la década de 1930, con un Perú menos consolidado. En el otro extremo ideológico, Ventura García Calderón se interrogaría algo después: «¿Qué es un peruano específicamente?». Desde puntos de vista diametralmente opuestos a los de nosotros, este escritor se preguntaba también: “¿Qué es el Perú?”, para responderse que constituía «un laberinto y una síntesis, un ser in fieri, como dirían los teólogos; un crisol de razas, oro, plata y cobre, donde nadie colige todavía el pergueño de la estatua final. Nos corresponde a todos nosotros la obra urgente de prefigurar el rostro futuro».
Afirmaba, también, que «procedamos, pues, como Fichte en esta investigación, más difícil de llevar a cabo que en otros pueblos de menor enredo histórico. Nos preguntamos ¿Qué significa el Perú a través de cuatro siglos de historia verificable o presumible; qué es un peruano específicamente y cuáles rasgos esenciales hemos de fomentar o mantener?». Luego señalaría que en el Perú existen complejos raciales y que tal es «el secreto íntimo del Perú, como visible y sangrando en esa oscura conjunción de atavismos». Estas aseveraciones, importantísimas por provenir de quien vienen, constan en el ensayo Materiales para un Discurso a la Nación Peruana, (Páginas Escogidas, p. 960-975).
Pero existen ideas mucho más optimistas sobre el destino de nuestra patria, en otros autores. Los García Calderón -son tres, todos valiosos- constituyen una versión de los problemas de la identidad vistos desde grupos sociales superiores; ajenos por completo del pueblo. Más firme ha sido el criterio de Alberto Tauro del Pino. Pero Luis Alberto Sánchez ha dicho que lo de la identidad «está sólo en el capítulo preliminar... pues no está definido... según parece se trata de que una población de raza viva de acuerdo con sus principios originarios, pero, ¿cuál es ese país?» («Caretas», Diciembre, 16, 1993). En el punto extremo Pablo Macera ha llegado a sostener ¿en un exabrupto? que el Perú es «país inventado».
La identidad pues alcanza niveles extremadamente difusos y contradictorios. No sólo aquí. Es el caso de quienes reclaman, por ejemplo, «la identidad europea», como el rey de España en célebre discurso, el 27 de Abril de 1996; identidad que en tal caso apenas cubriría superficialmente algunos aspectos en ese océano de naciones, religiones, lenguas, a grupos étnicos caucasoides y culturas que es Europa, maremagnum más complicado hoy, tras el derrumbe del llamado mundo socialista.
Es extremadamente difícil definir lo que es un peruano. Inclusive la misma palabra peruano es nueva, como gentilicio. Durante la colonia la sociedad del Perú contaba con:
a) colectividad de indios («república de indios» decían las leyes);
b) colectividad de españoles (entre los españoles se consideraba a todos los criollos y mestizos y mulatos muy claros); y
c) castas, vale decir los frutos de mezclas como mestizos, zambos, cholos, etc.
Los negros cuando eran esclavos tenían un marco especial. Así fue hasta San Martín, que por decreto democratizante impuso el término peruano para todos los nacidos en el suelo del Perú. Pero fracasó. Aun ahora se sigue hablando con significaciones raciales y hasta racistas en todas las clases sociales, aunque en algunas más que en otras. Incluso cada sector tiene palabras de su propio uso. Los llamados indios por ejemplo, poseen varias: misti, viracocha, pucacunga y chori son algunas de ellas.
Salvo en espíritus progresistas, resulta dificilísimo escuchar la frase «nosotros los peruanos». Hablar así constituye una meta todavía.
Los peruanos somos, pues, de tipos étnicos que cubren todos los continentes del planeta y de todas las mezclas de ellos derivadas (lo cual es importante a causa del racismo). Pero, además, participamos de distintas culturas y poseemos muchas características propias y diferentes según sectores, como veremos. Pero esta variedad no es un mal, como muchos creen; es nuestra mayor riqueza.
El Perú, encarando su realidad, debería procurar la unidad en la diversidad. País de legendarias riquezas culturales y étnicas, debería tener como misión asentar y fortalecer la peruanidad, suma de identidades. Como bien dijera Monseñor José Dammert Bellido, obispo progresista de Cajamarca e intelectual de nota, «nuestro Perú está compuesto por varios Perúes». Por algo fue que este sacerdote llegó a Presidente de la Asamblea Episcopal de nuestro país. Esa frase fue una respuesta a quienes pretenden un Perú parejo y homogéneo, con desdén de la creatividad múltiple de los peruanos de todos los tiempos.

* Tomado con fines de estudio de http://www.boletindenewyork.com